Santo Domingo Este – En un acto que ha dejado a muchos sorprendidos y preocupados, el alcalde de Santo Domingo Este, Dio Astacio, ha ordenado la cancelación arbitraria, irrespetuosa y masiva de empleados perremeístas. Esta decisión ha sido percibida como una agresión directa hacia aquellos que han trabajado con dedicación y lealtad para la administración municipal.
Las cancelaciones, que han sido implementadas sin previo aviso ni justificación clara, representan no solo una falta de respeto hacia los trabajadores afectados, sino también un atentado contra la estabilidad laboral y el bienestar de muchas familias que dependen de estos empleos. Los empleados y dirigentes perremeístas se sienten traicionados y abandonados por una administración que debería proteger sus derechos y reconocer su labor.
Desde hace tiempo, se venía advirtiendo que Dio Astacio utilizaba al PRM y a la comunidad evangélica como trampolín para llegar al poder, sin mostrar ningún respeto ni por el partido ni por su militancia. Contrariamente a lo que hizo el anterior alcalde, que repartió hasta el 80% de los cargos entre los militantes perremeístas, Astacio ha ordenado cancelarlos para poner a su propia gente, mostrando una total falta de consideración hacia los perremeístas que lo apoyaron.
Además, se espera que la ambición del alcalde lo lleve, como ya ha anunciado, a repartir cargos por las zonas políticas del PRM, pero solo a aquellos que obedezcan estrictamente a sus lineamientos. Esta estrategia excluyente y autoritaria pone en riesgo la cohesión y unidad dentro del partido, y perpetúa una cultura de favoritismo y clientelismo en detrimento del mérito y la capacidad.
Es irónico y trágico que aquellos que afilaron los cuchillos para sus gargantas traicionando al anterior alcalde, para imponer a quien ahora los desprecia, sean los mismos que ahora están siendo despedidos en masa. Esta traición, que en su momento fue vista como un camino hacia el poder, ahora se ha convertido en su propia ruina, evidenciando la falta de lealtad y gratitud de Dio Astacio hacia sus propios seguidores.
